MAGADO, MAGADA (espada) y TARJA (rodela) (Gran Canaria)
“Y así los canarios con estas propiedades eran diestrísimos en la guerra con las armas que tenían, que eran unos palos secos tan largos como espadas, muy recios y delgados, y con sus puños como espadas, los cuales llamaban “magados”. Con estos peleaban tan valerosamente, y por ser hombres de grandísimas fuerzas (…) después daban con ella buena cuchillada y heridas como si fueran cimitarras de bien templado acero (…) Tenían unos broquelillos o rodelas hechas de drago que es un árbol por estopiento muy liviano y fuerte (…) esta broqueta llamaban los canarios “Tarjas” y las traian muy curiosas pintadas de blanco y colorado y negro con un betumen que hacían de tierra traendo cada una la divisa que le paresia puestas en ellas a su modo con las quales y sus “magadas” eran distrissimos peleadores bisarros (…) defendiendose y offendiendoles con ligera diestreza y corage tan fiero que uno de ellos solamente llamado Adargoma hombre de grandes fuersas y cuerpo agigantado que peleaba con una “magada” o espada de palo ancha y tamaña con un gran montante de tal suerte que no avia hombre que aguardase sus golpes porque el que alcansaba aunque no fuera mas que con la punta quedaba sin vida” (Fr. José de Sosa, 1676).
Magada < del s.m. sing.”amaġad” (MĠD)=”gruesa rama, travesaño, viga (resistente) (dial. Ntifa, Imi Ljmâ, Demnat, Alto Atlas) (F.P.Deluca, 2017). Evolución: “amaġad > amagad(a) > magada/magado”, por aféresis de la vocal inicial y adición del morfema f/m “a/o” al castellanizarse. Eran armas aguzadas con piedra cortantes obteniendo un acabado perfecto.
Tarja < del s. f. sing “targha”(RGH) =”elemento de protección, guante”. Por ext: “escudo de protección” (dial Ayt Merghad, grupo meridional del MR. Central). Evolución:”targha > tarja”, por cambio fonético “gh>x>j castellana”. Los cronistas citan como término guanche “Tarja” o “Tarha”, en su doble significado castellano de broquel y de sistema de señales o recuerdos que usaban los indígenas de Gran Canaria y Tenerife (B. Alfonso I, Ed. 1991).
Pablo Deluca para El Canario
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